martes, 30 de junio de 2015

Del mamut lanudo (Paleontología)


Uno de mis órdenes favoritos en el reino animal son los proboscídeos, el órden de mamíferos con trompa (probóscide) que engloba a los elefantes y sus parientes. Desde niño me fascinaron, y es probable que si la mayoría de los lectores tratan de relacionar paleontología y proboscídeos, se les venga a la cabeza uno en concreto: el mamut.

Llamamos mamut a aquellas especies del género Mammuthus, y seguramente la imagen más popular de ellos sea la representada por una especie muy derivada: el mamut lanudo.

El mamut lanudo (Mammuthus primigenius) nos es facilemente reconocible por su cuerpo cubierto de abundante pelo y su silueta jorobada rematada por esas grandes defensas curvadas. Esta especie ha ocupado la imaginación de los aficionados a la prehistoria durante lustros. Yo aún recuerdo

De esta especie tenemos mucha información de la cual voy a contaros algunas curiosidades a continuación.




El mamut lanudo fue la especie de mamut más moderna, apareciendo hace unos 400.000 años, evolucionando a partir de la especie previa M. trogontherii y siendo la especie más derivada de mamut, contando con 26 crestas en sus molares.

Estos molares con crestas y rellenos de cemento son típicos de los elefantes. Y si, los mamuts son elefantes, pertenecientes a la familia Elephantidae (Podéis leer un poco más sobre proboscídeos y su filogenia aquí). Estas adaptaciones en la dentición los hace capaces de consumir dietas pobres y materiales durísimos. Se han encontrado mamuts con contenido estomacal, lo que ha demostrado que se alimentaban de hierbas, coníferas y otros materiales leñosos.  Estos los encontraban en un paleohábitat que denominamos “estepas de mamut” el cual se caracterizaba por ser seco y frío que presentaba una amplia cobertura vegetal del suelo en forma de vegetación como líquenes y hierbas.

Aunque lo podamos considerar un animal muy lejano en el tiempo, y puede que para muchos sea el ejemplo tipo de animal primitivo o prehistórico, el mamut lanudo es un animal muy moderno. Se extinguió de la mayoría del mundo hace unos 14.000 años, habiendo habitado Eurasia de un extremo a otro y también Norteamérica. Las poblaciones fueron desapareciendo, pero… una población sobrevivió en la Isla de Wrangel hasta hace solo 4000 años (Vartanyan et al.,2008). ¡esto significa que aún quedaban mamuts lanudos en la época en que los egipcios construían sus enormes pirámides!. ¡Y eran mamuts pigmeos adaptados para vivir en la isla! Por desgracia, parece posible que el cambio climático hacia el periodo interglacial en el que vivimos eliminara el hábitat y las comunidades biológicas que necesitaban los mamuts lanudos, que desaparecieron.

Tanto por el arte rupestre cuyos autores representaron mamuts visualizados en directo, como por la investigación científica, se sabe que los mamuts lanudos contaban con una acumulación de grasa sobre su cuello y espalda, que podría serles de utilidad para resistir a los inviernos en los que escasearan los recursos.

La especie, aunque más pequeña que otras especies de mamuts, podía alcanzar una altura similar a la de un elefante africano de sabana, unos 3,4 metros de altura.

Los mamuts presentan un claro dimorfismo sexual como ocurre con el resto de elefantes modernos. Las hembras presentan un menor tamaño y unas defensas más gráciles que las de los machos. Como los elefantes actuales, las evidencias científicas indican que los mamuts vivían en grupos sociales.

A partir de diferentes animales que han aparecido congelados en Siberia y Alaska, se conocen muy bien algunas características externas de los mamuts. Eran animales adaptados a un clima muy frío, y para ello contaban con una gran mata de pelo. Al mismo tiempo, su cola y orejas eran mucho más pequeñas que las de otros elefantes, esto hacía que perdieran menos calor corporal.

Y algo que se ha publicado hace bien poco, es una descripción completa de la trompa de un mamut lanudo. Su nariz acababa en un labio ganchudo, como el elefante asiático, a diferencia de los africanos que tienen dos labios. Este labio superior era más largo que el de los elefantes asiáticos.



Arriba podeís ver a la izquierda la trompa de un Elephas maximus, en el medio abajo la de Mammuthus primigenius y arriba a la derecha la de Loxodonta africana.



Al mismo tiempo, su trompa presentaba una expansión del pliegue de la trompa. Una característica hasta hoy, única. Los científicos (Plotnikov et al., 2015) le dan dos posibles explicaciones: estos pliegues podrían envolver la región más distal de la trompa, en postura recogida, para protegerla del frío; la otra opción podría ser una posible utilidad en el consumo y manipulación de nieve.


Así que ya sabéis, si veis al mamut lanudo como algo primitivo, recordad que es el elefante más derivado, cubierto de una gruesa capa de pelo, con sus orejas reducidas, sus pliegues en la trompa y su hiper-desarrollada dentición llena de crestas.





Referencias:

Plotnikov, V., Maschenko, E., Pavlov, I., Protopopov, A., Boeskoro, G., Petrova, A. 2015. New data on trunk morphology in the woolly mammoth, Mammuthus primigenius (Blumenbach). Palaeontological Journal. 49, 2: 200-210

Vartanyan, S. L., Arslanov, K. A., Karhu, J. A., Possnert, G. & Sulerzhitsky,  L.  D.  2008  Collection  of  radiocarbon dates on the mammoths ( Mammuthus  primigenius )and other  genera  of  Wrangel  Island,  northeast  Siberia, Russia. Quat.  Res. 70 ,51–5

viernes, 19 de junio de 2015

Tyrannosaurus, cosas sobre él. (Paleozoología)





Siguiendo con los dinosaurios y dado la imagen popular desactualizada que se tiene de muchos de ellos, hoy voy a tratar el que debe de ser el más famoso de todos ellos. 

Estimados lectores, hoy os presento al Tyrannosaurus rex.

Como ocurre con todos los organismos, tiene un nombre binomial (formado por dos palabras). El nombre genérico Tyrannosaurus y el nombre de la especie rex.

He escuchado muchas formas por parte del público para referirse a este dinosaurio: “el rex”, dinosaurio rex, T-rex… La forma clásica de llamarlo en nuestra lengua cervantina sería tiranosaurio.

Es curioso que el dinosaurio más famoso, apareciera justo al final de la era de los dinosaurios (Mesozoico), en el Maastrichtiense, viviendo desde hace 68 a 66 millones de años. Una muy pequeña porción de tiempo comparado con lo que son los 186 millones de años de duración del Mesozoico.

La fama de este animal prehistórico es incalculable, y se debe a que durante mucho tiempo fue el depredador terrestre con mayor tamaño estimado. Cuando yo era niño no era difícil encontrar en los libros de texto que esta especie alcanzaba los 14 metros. A día de hoy sabemos que el ejemplar más completo conocido, FNMH PR 2081, apodado Sue, mide 12, 4metros. Además su anatomía es fácilmente reconocible: posee una cabeza enorme con poderosas mandíbulas, un cuello corto y unas diminutas manos con solo dos dedos en cada una. Actualmente se estima que estos animales podrían alcanzar los 8000 kilos (Hutchinson et al., 2011). 

Como ocurre con estos animales, mucho ha cambiado con el tiempo lo que sabemos sobre ellos. También ha cambiado la visión popular de los mismos. De lentos trípodes reptilianos que arrastraban la cola  y se lo comían todo, a eficientes depredadores que usaban la cola como contrapeso. Quizás como viene ocurriendo últimamente, la imagen popular actual de este dinosaurio vienen dada por Jurassic Park.

http://www.benmohler.com/dino-research/rex/Tyrannosaurus_html_5791d727.png 
Reconstrucción de C. Kinght de 1919.

 

Imagen tomada de Jurassic Park, por favor señores de Universal no se enfaden. 


Según Carpenter 1997 y Currie 2001, en algunos restos de Gorgosaurus, un tiranosáurido del Cretácico, se encuentran escamas de forma hexagonal y restos de piel que recuerdan a la piel de las aves. Por otra parte, los revolucionarias publicaciones de tiranosaurios basales (primitivos) con cobertura de protoplumas (Xu Xing et al., 2004) confirma la existencia de filamentos en el grupo de los tiranosaurios y abre la posibilidad de que los grandes tiranosaurios como Gorgosaurus, Daspletosaurus y Tyrannosaurus alternaran escamas y protoplumas como ya se sabe que ocurre en otros dinosaurios.

Durante muchos años se ha debatido si el Tyrannosaurus era un cazador activo o un carroñero. Lo que si tenemos son evidencias de consumo de otros grandes dinosaurios, como Triceratops, por parte de T.rex, pero estas evidencias son marcas de dientes, que no tienen por qué realmente implicar un caso de caza activa.

Como ocurre con depredadores actuales y animales que necesitan una amplia precisión visual para medir distancias y capturar a sus presas, el Tyrannosaurus y el resto de su familia tenían una visión binocular, con las órbitas orientadas hacia el frente. Lectores que aún puedan creer que este animal solo veía elementos en movimiento como le han enseñado en las películas o en las leyendas populares, que quede claro que posiblemente tuviera una buena vista y una excelente capacidad para calcular distancias.

Según Hutchinson et al., 2011, Tyrannosaurus sería el animal terrestre con los músculos de sus extremidades posteriores más desarrollados de cuantos hayan existido. Quizás este hecho concuerde con una capacidad como depredador de embestidas de potencia. Según Krauss y Robinson, este animal cazaría mediante el acecho, realizando tras ello una embestida de potencia en la que trataría de atrapar rápidamente a su presa. La verdad es que es necesaria una buena estrategia de caza y una buena cobertura para ocultar a un cazador del tamaño de un Tyrannosaurus.
Seguramente todos recordemos la presentación del Tyrannosaurus de la película Jurassic Park de 1993. A mí, a mis menos de 6 años, me dejó totalmente expectante de lo que estaba por llegar. Esos temblores, ese sonido retumbante de pisadas, las ondas de agua en el vaso, todo un recurso visual y sonoro que te pegaba a la butaca.

Ahora simplemente pensemos ¿Podría un depredador que caza al acecho ir haciendo semejantes ruidos? Sería una carta de presentación, algo como: “Hola soy yo, Tyrannosaurus, pasaba por aquí y te puedo comer”. No se cómo de exitosa sería una estrategia similar a la de la tortuga caimán Macrochely temminckii, o la de los anuros del genero Cerathropys que se quedan apostadas inmóviles esperando a que una presa se acerque para poder atacarla. En el caso de que el Tyrannosaurus tuviera un comportamiento de búsqueda, acecho y captura, esos sonidos y retumbares que tanto nos apasionaron hace 22 años serían muy improbables. Los dinosaurios son animales muy neumatizados y tienen una almohadilla plantar, todo esto les ayuda a que sus cuerpos soporten correctamente su masa y peso. Por lo tanto podríamos divagar que el Tyrannosaurus fuera un animal de pasos silenciosos, que se acercara sigilosamente a sus presas, a pesar de sus 6000-8000 kilos de peso.

Para quien opine que estoy loco y diciendo una burrada. Os puedo asegurar que a nosotros se nos acercó un grupo de elefantes africanos de sabana mientras dibujábamos tranquilamente y no los escuchamos venir, el único ruido fue el de cuando empezaron a romper ramas de acacia. Y os aseguro que se acercaron bastante cerca.




Arriba los susodichos elefantes. Os dije que los tuvimos bien cerca.
Si contásemos con este posible comportamiento de acechp, sus desarrollados lóbulos olfativos, su visión binocular, sus extremidades posteriores con unas proporciones más cursoriales que las de sus presas y la evidencia de animales que han sido atacados por tiranosaurios y han sobrevivido; deberíamos concluir en que Tyrannosaurus era un animal cazador.
 
Asique ya sabéis, vuestro posible depredador prehistórico favorito posiblemente fuera un cazador de acecho y ataque explosivo que puede que tuviera una cobertura de filamentos o plumas en algunas regiones de su cuerpo. Y a mí, así, me gusta mucho.

Y aquí abajo podeis ver la reconstrucción del espécimen FNMH PR 2081 que hizo quien os escribe.





Carpenter, Kenneth (1997). "Tyrannosauridae". In Currie, Philip J. & Padian, Kevin (eds.). Encyclopedia of Dinosaurs. San Diego: Academic Press.

Currie, P. (2001). 2001 A. Watson Armour Symposium: The Paleobiology and Phylogenetics of Large Theropods. Field Museum of Natural History, Chicago.

Hutchinson, J. R.; Bates, K. T.; Molnar, J.; Allen, V.; Makovicky, P. J. (2011). "A Computational Analysis of Limb and Body Dimensions in Tyrannosaurus rex with Implications for Locomotion, Ontogeny, and Growth". PLoS ONE 6 (10)

Krauss, David A. and Robinson, John M. . " The Biomechanics of a Plausible Hunting Strategy for Tyrannosaurus rex".  Tyrannosaurid Paleobiology (Life of the Past). Indiana University Press.

Xu Xing, X; Norell, Mark A.; Kuang Xuewen; Wang Xiaolin; Zhao Qi; Jia Chengkai. (2004). "Basal tyrannosauroids from China and evidence for protofeathers in tyrannosauroids". Nature 431